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Objetivos empresariales: cómo diferenciar los que sí contribuyen al progreso y los que no.

Instituto Escadia 30 / Mayo / 2024

En el camino del desarrollo de tu Modelo de Negocio hemos andado por diferentes rutas necesarias para su éxito, una de las más importantes es la determinación de objetivos, pues como sabes, en el mundo empresarial, la fijación de estos desempeña un papel fundamental en el crecimiento de una organización, sin embargo, no todos los objetivos son creados de la misma manera, ni son iguales, por lo que podemos caer en errores, así, algunos contribuyen al progreso y al avance de la organización, mientras que otros pueden resultar en estancamiento o incluso retroceso. Entonces, cuál es la clave, cómo podemos establecer objetivos que realmente nos lleven hacia donde deseamos, las respuestas las tenemos aquí en Negocios en Breve, donde además te compartimos algunos ejemplos que te ayudarán a tener más claro el panorama y determinar esos objetivos enfocados realmente hacia el progreso. 

Una de las claves para determinar objetivos funcionales es que estén alineados con la estrategia general de la empresa y aquí te decimos por qué. Primero que nada, porque otorgan claridad y enfoque, ya que, cuando los objetivos están claramente definidos y alineados, todos los miembros de la organización entienden hacia dónde se dirige la empresa y cuál es papel en ese proceso. Esta claridad facilita la toma de decisiones en todos los niveles, ya que cualquier acción puede ser evaluada en términos de su contribución a los objetivos estratégicos. Así, lograremos una coherencia organizacional, donde los objetivos alineados con la estrategia aseguran que todos los departamentos y equipos estén trabajando hacia un mismo propósito. 

Por ejemplo, una empresa que tiene como estrategia la expansión internacional debe establecer objetivos específicos relacionados con la apertura de nuevos mercados, el desarrollo de alianzas estratégicas y la adaptación de productos para diferentes culturas, dichos objetivos claros y específicos permiten a los equipos centrarse en tareas concretas que impulsarán el crecimiento global de la empresa.

Por otro lado, está la optimización de recursos, resultado de la alineación de los objetivos con la estrategia, pues, en cualquier organización, los recursos, ya sean financieros, humanos o tecnológicos son limitados y al tener esta alineación se asegura que estos recursos se utilicen de manera eficiente y efectiva, lo que significa que no se desperdician esfuerzos en proyectos o actividades que no contribuyen directamente a los objetivos estratégicos. Por ejemplo, si una empresa tecnológica decide que su estrategia es ser líder en innovación, sus objetivos deben centrarse en la inversión en investigación y desarrollo, la contratación de talento innovador y la colaboración con instituciones académicas, asegurando así que los recursos se dirigen hacia áreas que impulsarán la innovación, evitando inversiones en áreas que no aportan a la visión estratégica.

Esta alineación clave también inciden en la medición y evaluación del desempeño, ya que, cuando los objetivos están claramente definidos y alineados con la estrategia, es más fácil establecer indicadores de rendimiento (KPIs) que permitan evaluar el progreso hacia esos objetivos, proporcionando una base sólida para la toma de decisiones basada en datos y para realizar ajustes necesarios en la estrategia o en los objetivos. Por ejemplo, una empresa que tiene como estrategia aumentar su cuota de mercado puede establecer objetivos específicos como aumentar las ventas en un determinado porcentaje o lanzar nuevos productos. Los KPIs asociados, como el crecimiento de ventas trimestral o el número de nuevos productos lanzados, proporcionan una medida clara del progreso y permiten realizar ajustes oportunos si los resultados no son los esperados.

Los empleados son una pieza fundamental en el logro de los objetivos empresariales, es por ello que cuando los objetivos están alineados con la estrategia, los colaboradores tienen una visión clara de cómo su trabajo contribuye al éxito global de la empresa, esto aumenta la motivación y el compromiso, ya que el equipo siente que sus esfuerzos tienen un propósito y un impacto real. Un estudio realizado por Gallup encontró que los empleados que entienden y se sienten conectados con la misión y la estrategia de su empresa son un 27% más propensos a reportar que su desempeño ha mejorado en el último año, lo que demuestra que la alineación de objetivos y estrategia no solo beneficia a la organización en su conjunto, sino que también tiene un impacto positivo en el desempeño individual.

Ahora, otra razón para esta alineación es que el entorno empresarial actual es dinámico y está en constante cambio y la capacidad de adaptarse rápidamente a nuevas circunstancias es esencial para la supervivencia y el éxito a largo plazo, por ello, cuando los objetivos están alineados con la estrategia, la empresa está mejor posicionada para responder a cambios en el mercado, la tecnología o el entorno regulatorio. Por ejemplo, durante la pandemia de COVID-19, muchas empresas tuvieron que ajustar rápidamente sus estrategias y objetivos para adaptarse a la nueva realidad. Las empresas que tenían una clara alineación entre sus objetivos y estrategias pudieron pivotar más fácilmente, adoptando nuevas tecnologías, cambiando sus modelos de negocio o enfocándose en nuevos mercados.

Entonces, lo primero que se debe tener claro es que los objetivos empresariales que sí contribuyen a su progreso son aquellos que están alineados con la estrategia general del negocio y por supuesto, con su misión y visión. Sin embargo, podemos enfrentarnos con otro tipo de objetivos que no contribuyan a su crecimiento, aquí te compartimos las características a evaluar para identificarlos. 

 

  • Los objetivos eficaces son específicos y medibles, es decir, definen claramente qué se quiere lograr, mientras que un objetivo medible permite evaluar el progreso. Por ejemplo, un objetivo vago como «mejorar las ventas» es menos efectivo que uno específico y medible como «aumentar las ventas trimestrales en un 15% en el próximo año».
  • La relevancia es crucial, esto significa que deben tener un impacto directo en áreas críticas como ingresos, rentabilidad, participación de mercado o satisfacción del cliente. Un objetivo relevante para una empresa en crecimiento podría ser «expandir la presencia en tres nuevos mercados internacionales en los próximos dos años».
  • Los objetivos que contribuyen al progreso de la empresa tienen un marco temporal definido, esto crea un sentido de urgencia y permite una planificación adecuada. Por ejemplo, «reducir los costos operativos en un 10% durante los próximos 12 meses» es un objetivo con una temporalidad clara que facilita la evaluación del progreso.
  • Los objetivos deben ser desafiantes pero alcanzables, pues si un objetivo es demasiado ambicioso, puede desmotivar al equipo y resultar inalcanzable. Por otro lado, objetivos demasiado fáciles no impulsan el crecimiento ni la mejora, por ello, un equilibrio adecuado es esencial. Por ejemplo, «aumentar la cuota de mercado en un 5% en el próximo año» puede ser un objetivo realista y motivador si se basa en análisis de mercado y capacidades internas.

Si aún hay dudas sobre cómo deben ser los objetivos empresariales que sí contribuyen al crecimiento de la organización, aquí te dejamos más ejemplos para que puedas ir evaluando los tuyos.  


  • Aumento de la cuota de mercado

Objetivo: Incrementar la participación de mercado en un 10% en los próximos dos años mediante estrategias de expansión geográfica y lanzamiento de nuevos productos.

Razón: Este objetivo está alineado con la estrategia de crecimiento de la empresa y busca fortalecer su posición competitiva en el mercado.

  • Mejora de la experiencia del cliente

Objetivo: Aumentar el índice de satisfacción del cliente en un 15% en el próximo año mediante la implementación de un programa de mejora continua y capacitación del personal.

Razón: Al mejorar la experiencia del cliente, la empresa fortalece su reputación, fideliza a los clientes existentes y atrae nuevos clientes, lo que se alinea con su estrategia de crecimiento sostenible.

  • Optimización de procesos internos

Objetivo: Reducir los costos operativos en un 20% en los próximos dos años mediante la implementación de tecnología de automatización y revisión de procesos.

Razón: Este objetivo contribuye a mejorar la eficiencia y la rentabilidad de la empresa, lo que está alineado con su estrategia de maximización de la eficacia operativa.

Ahora que ya vimos estos ejemplos, te compartimos algunos sobre objetivos que no contribuyen al progreso de una empresa y la razón. 

  • Aumento arbitrario de las ventas

Objetivo: Aumentar las ventas en un 20% en el próximo trimestre sin un enfoque estratégico claro.

Razón: Este objetivo carece de una estrategia definida y podría llevar a decisiones impulsivas que no están alineadas con los objetivos a largo plazo de la empresa.

  • Incremento del tráfico del sitio web sin conversiones

Objetivo: Aumentar el tráfico del sitio web en un 50% en el próximo mes mediante campañas de marketing masivo.

Razón: Si bien el aumento del tráfico puede parecer positivo, si no se traduce en conversiones y ventas, no contribuye al crecimiento real de la empresa.

  • Ampliación de la línea de productos sin investigación de mercado

Objetivo: Expandir la línea de productos lanzando una serie de nuevos productos sin realizar estudios de mercado o análisis de viabilidad.

Razón: Este objetivo puede resultar en productos que no satisfacen las necesidades del mercado o que no son rentables, lo que no contribuye al progreso de la empresa.

Los ejemplos anteriores ilustran claramente la diferencia entre objetivos empresariales que contribuyen al progreso de la empresa y aquellos que no lo hacen, de ahí la importancia de establecer objetivos alineados con la estrategia y considerar las características que los hacen funcionales. 

Entonces, la diferencia entre los objetivos empresariales que contribuyen al progreso de la empresa y aquellos que no lo hacen radica en su alineación con la estrategia general, su especificidad, que sean medibles, su relevancia, temporalidad y realismo. Establecer objetivos empresariales no es solo una tarea administrativa, sino una práctica estratégica esencial que puede definir el éxito o el fracaso de una organización, así, la capacidad de una empresa para establecer y perseguir objetivos alineados con su estrategia es esencial para su éxito y crecimiento sostenible, ya que estos objetivos proporcionan una dirección clara, optimizan el uso de recursos, motivan a los empleados y permiten una evaluación precisa del progreso. En un entorno empresarial cada vez más competitivo y dinámico, la importancia de establecer objetivos estratégicos no puede ser subestimada, pues las organizaciones que invierten en este proceso están mejor posicionadas para alcanzar un éxito sostenible y significativo, logrando no solo sobrevivir, sino prosperar a largo plazo.

Ahora queremos leerte, deja tus comentarios sobre qué es lo que hace a un objetivo empresarial funcional, más allá de su alineación con la estrategia, hasta la próxima